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Inteligencia emocional: la clave para resolver conflictos

El conflicto es aquel estado de tensión, que surge entre dos o más partes, porque tienen intereses iguales, diferentes u opuestos sobre alguien o sobre algo, a lo que ven difícilmente compatible. Es algo normal y siempre va a existir en las relaciones, las personas están acostumbradas a resolver los conflictos de manera hostil y agresiva, mientras que otros lo manejan de manera más práctica y pacífica. 

El manejar conflictos con inteligencia emocional implica utilizar habilidades emocionales para entender, manejar y resolver disputas de manera efectiva. La inteligencia emocional (IE) se basa en la capacidad de reconocer y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás.

Podríamos dar diferentes ejemplos de comunicación agresiva o pasivo-agresiva, las cuales suelen herir, menospreciar y dañar las relaciones. Algunos ejemplos de frases que pueden ocasionar conflictos: “no me hables”, “eres un tonto”, ”No sirves para nada”, “Todo esto es culpa tuya», “¿Quién te crees para darme órdenes?”, “Es obvio que no tienes ni idea de lo que estás hablando. ¿Por qué no dejas el tema a los que realmente entienden?”, “no estás bien de la cabeza”, “nunca haces nada bueno”, etc.  Sin embargo, tendemos a minimizar estas frases para no enfrentar el conflicto como: “tuvo un mal día, por eso te contesta así”, “es primera vez, nunca se comporta de esa manera”, “es así, no cambiará”, “siempre dice lo mismo, cuando está enojada”, etc.

Los conflictos son parte inherente de toda comunidad humana y, por tanto, cualquier intervención que se quiera hacer al respecto debe orientarse a una resolución adecuada de ellos, y no a su supresión. 

Por ejemplo, en lugar de decir «Siempre arruinas todo», podrías decir «He notado que este trabajo te dificulta o no te sientes cómodo, ¿podemos trabajar juntos?». Este tipo de comunicación abierta y asertiva, fomenta la cooperación y la resolución efectiva de conflictos.

Aquí tienes algunos pasos clave para manejar conflictos utilizando esta habilidad:

  1. Consciencia de sí mismo (Autorregulación): Eres capaz de identificar lo que sientes, piensas y quieres, y en base a esto responder apropiadamente a los estados de ánimo, motivaciones y deseos de los demás. Controlas tus emociones para no reaccionar impulsivamente. 
  2. Consciencia de los otros y empatía: Eres capaz de darte cuenta de algunas emociones, pensamientos, sentimientos y preocupaciones de los demás. Realizas un diagnóstico respecto a tus emociones y a través de este, explicas y modificas tus conductas. 
  3. Comunicación efectiva: Expresas tus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa. (no juzga, no interrumpe al que habla, no rechaza o minimiza lo que otro siente o dice, no contra argumenta). Utilizas un lenguaje «yo» en lugar de «tú» para evitar que la otra persona se sienta atacada. Por ejemplo, en lugar de decir «Siempre llegas tarde», podrías decir «Me siento frustrado cuando llegas tarde porque nos retrasa».
  4. Resolución de problemas: Colaboras para encontrar soluciones que satisfagan a ambas partes. Mantienes la calma, escucha activamente y tolera la otra parte (ver y valorar el punto de vista del otro). 

Después de resolver el conflicto, reflexiona sobre lo que sucedió y cómo manejaste la situación. Identifica lo que funcionó bien y lo que podrías mejorar para futuras situaciones.

Utilizar la inteligencia emocional en la resolución de conflictos no solo ayuda a resolver desacuerdos de manera más eficaz, sino que también fortalece las relaciones y fomenta un ambiente de respeto y cooperación.

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